miércoles, febrero 15, 2012

Hablando de la muerte

Desde hace un tiempo hablar de muerte se ha convertido en algo frecuente y ha sido raro, un recordatorio de la temporalidad de éste tránsito.
Las personas van y vienen, siempre lo han hecho; todo, absolutamente todo va y viene, sólo es cuestión de observar los lapsos, estoy acostumbrado a lapsos largos 75, 90 años.
Nada comparado con el lapso de la tierra, una eternidad comparado con el lapso de una mariposa.
Pero todo lo natural que conozco es frágil, basta un segundo, la suma de algunas situaciones y entonces, no importa el lapso promedio o previsto, todo acaba.
Lo maravilloso es que no acaba, sólo hace una pausa y después cambia, evoluciona y se reintegra al ciclo.
Quizá sea el frío o el invitante Sol de afuera.

lunes, febrero 13, 2012

Tu piel me reclama, a veces suaves la mayoría violenta,
no hay manera de que mis brazos no busquen tu cuerpo y mis oídos tu voz,
eres mi sirena y mi faro, el buque y la ola, el viento que hincha mis velas, la tormenta misma.

Te siento en lo más profundo de mi y sólo dos milímetros por encima de mi piel,
he intentado sacarte de mi y sé que es como arrancarme los huesos.

Revuelvo mi música buscando tu piel, tu aroma y la explosión que provocas en el centro de mi pecho, no hay nada amada mía, absolutamente nada que pueda acercarse a la magnificencia de tu ser . . .

Y aún con eso yo me voy de ti, me llevo mi piel a rastras, sé que jamás estaré completo, tu tienes más de la mitad de mi corazón.