Reúna las palabras en su cabeza, porción libre, previamente algunas de ellas tendrán que ser groseramente cortadas, agregue tanta emoción como Usted sienta en ese momento y licue.
Cuando la mezcla espese, vierta lentamente en un viejo molde, hornee a fuego lento durante largo tiempo, espere que la mezcla rebose y entonces retire con cuidado.
Sirva el resultado caliente, acompañe con música y coma en solitario.
Llore . . . será su única compañía.
Repita la receta cuantas veces sea necesario, mientras más la consuma, menos palabras habrá para licuar.
Cuando la mezcla no rebose podrá compartir.
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