Encontrar la temperatura ideal del agua para bañarme es casi mágico y cuando lo hago suelo cerrar los ojos y perderme en la sensación de un abrazo total, del agua acariciar mi piel entera, del calor envolviéndome . . . Amo sentirme tan presente en mi mismo, ese abrazo líquido me trae de vuelta a la tierra con suavidad, amorosa e inexorablemente
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