miércoles, febrero 15, 2012

Hablando de la muerte

Desde hace un tiempo hablar de muerte se ha convertido en algo frecuente y ha sido raro, un recordatorio de la temporalidad de éste tránsito.
Las personas van y vienen, siempre lo han hecho; todo, absolutamente todo va y viene, sólo es cuestión de observar los lapsos, estoy acostumbrado a lapsos largos 75, 90 años.
Nada comparado con el lapso de la tierra, una eternidad comparado con el lapso de una mariposa.
Pero todo lo natural que conozco es frágil, basta un segundo, la suma de algunas situaciones y entonces, no importa el lapso promedio o previsto, todo acaba.
Lo maravilloso es que no acaba, sólo hace una pausa y después cambia, evoluciona y se reintegra al ciclo.
Quizá sea el frío o el invitante Sol de afuera.

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