Nos cuesta trabajo saludarnos,
nuestras manos chocan, los labios se acercan,
nuestra sonrisa es cómplice y en las bocas se quedan ciertas palabras.
Pero tu cara se ilumina y tus ojos brillan,
mis manos sudan y a mis brazos les cuesta trabajo separarse de ti,
los silencios se prolongan, las miradas se cruzan
y la mente de a poco se adueña de la situación.
Entonces nuestras manos se alejan,
pero dentro, en algún lugar, ya sea en tu corazón o en el mío
las manos se entrelazan, los cuerpos se unen
y respiramos juntos mientras nos lleva el viento.
1 comentario:
Es lindo es dulce lo que lo acabo de leer y me imagino un rostro sonriente escribiendolo
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