Los primeros segundos son como una ola romper contra la costa,
la energía se disipa en todas direcciones
y yo soy el mar que te envuelve y tu la roca que me recibe.
Entonces me alejo y tú permaneces,
por más embates que haga no logro tu abrazo.
Pero tú y yo estamos unidos,
y nunca dejo de tocarte,
aún cuando tus salientes cortan mi avance
he sido yo quién les ha dado forma.
El tiempo que viene después es el mar en calma
y tú te eriges alta y poderosa
y yo sereno a tus pies,
alejado de tus salientes
reúno fuerzas para el siguiente encuentro.
Y así seguimos y así seguiremos
aunque yo en sueños te haga el amor.
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