miércoles, julio 25, 2007

Laura

El viento no pertenece a ningún lugar, viaja por todos los espacios disponibles,
recoge sabores y olores,
algunos dulces, otros demasiado amargos
pero en ese ir y andar, en el vaivén que mueve el cielo
que lleva a agua y sabores también enriquece el mundo,
quizá nos deja suspirando, otras sonriendo, quizá llorando
pero nuestras lágrimas serán secadas por el mismo viento, sólo que en otro momento.

Una amiga mía viaja a lugares lejanos en dónde el sabor del viento es distinto, ¡¡pero hay viento!!

Por lo que seguiremos volando y es cuestión de hablar voz en cuello o incluso susurrando para que Nuestras palabras, nuestros deseos sean transportados y enriquecidos, ella entonces, caminando algún día parará su marcha y escuchará las voces de los que la amamos, las caricias lejanas y estoy seguro de que sonreirá o bien suspirará e incluso quizá llore, pero será el viento, bendito viento el que traiga su mensaje de regreso. . .

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