viernes, febrero 22, 2008

Escuchar

Nada tiene sentido excepto el vaivén. . .no encuentro el camino, sé que doy vueltas y cada vez son más amplias, estoy tan cerca de la realidad que incluso la puedo observar moverse enfrente de mi, sin embargo no la puedo alcanzar, se estira cada vez que quiero entrar, la maldita expectativa de mi mismo, quiero parar la rueda, meter freno, dar un par de pasos hacia atrás y observar, sé que la respuesta está enfrente de mi y quizá de tanto que se me topa me he vuelto ciego a ella, miro al cielo como si ahí estuviera la ayuda, es un grito atorado en mi pecho y la tentación de perderme en lo más obscuro de mi es grande, dicha obscuridad la he habitado y me deja un amargo sabor y mi cuerpo adolorido. . . . . . . . . . . . . tengo los músculos tensos. . . siempre es bueno mirar el cielo, sentir el aire, escuchar el viento. . .

La respuesta tiene que estar cerca de mi, la respuesta debe de estar casi en mi piel, la respuesta debe de estar en mis oídos, el camino hacia ella lo he de haber cruzado más de un par de veces, es como cuando dejas de ir al bosque durante mucho tiempo, te cuesta trabajo reconocer esos pequeños detalles que llevan a casa, debo de abrir más los ojos, estar atento, escuchar con cuidado las verdaderas voces, debo abrir la boca y respirar . . .

¿Será que no he sido yo durante todo este tiempo? Y esta terrible pregunta resuena en mis oídos. . .

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