martes, julio 27, 2010

Tormenta

Esto es una mala broma . . . es en los momentos más obscuros cuando es más difícil recordar las enseñanzas. . .
Cuando el trabajo es estable, los ingresos seguros para mí fue fácil trabajar en el paso siguiente, la consolidación y futura expansión de mi negocio y mi vida, “por fin” pensé “estoy cerca de todo aquello que soñé”
En los momentos estables es fácil expandirse o sentir que uno lo hace, ver lo avanzado y observar ambiciosamente el horizonte.
Confiar en Dios, creer en Él, es mucho más fácil cuando las cosas van viento en popa y sin embargo, es en los momentos más obscuros cuando uno realmente confía en Él, no es cuando el viento es suave, es cuando la tormenta es aún más violenta.
Aterido me acerco al calor del hogar. . .
Mientras dudo una voz clara y potente me dice “Confía” es un hombre sonriendo . . . mi cabeza es una Medusa, las serpientes hablan a la vez, a veces en coro, unas susurran, otras gritan, otras jamás dejan de hablar y yo me concentro y observo al hombre sonriendo. . .
¿De qué se ríe éste cabrón??
No es una mala sonrisa, es franca, genuina, el hombre sonríe porque él ve desde más alto mi vida misma.
Confío. . . confío y yo también sonrío, más por imitar que por convicción.
Vanita decía “Lo único que yo pido es recordar todo lo que sé en el momento adecuado”
Hoy pido lo mismo.

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