sábado, agosto 28, 2010

En realidad no importan las palabras ni el tiempo en la roca
no importa la mar ni la lluvia lavar los altos bosques
la Luna impasible que vine y va, serena, puntual. . .
el Sol que día a día baña este cuerpo.
En realidad no importa nada excepto tu maldita ausencia
y el dolor en el centro de mi pecho,
el hueco en mi cuerpo,
en mi mente, en mi alma,
no importa nada excepto que no estás
que no volverás.
Queda atrás el enojo, las palabras contra la niebla,
la falta de respuesta,
el abrazo vacío,
quedan destruidos los sueños.
Conozco este dolor,
le he tenido antes en el centro de mi pecho
y aunque atenuado sigue agudo,
“tiempo” escucho entre sueños
viene lento, sereno. . . y yo espero.

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