sábado, junio 21, 2008

Camino

Esto duele, permanece, sabría que así sería, son esos detalles, asaltan el corazón con una fuerza increíble, quizá lo mejor sea disfrutarlos, me dolería perderlos, ser un ente vacío, prefiero mil veces el amor, la alegría, el dolor, el recuerdo que permanecer vacío, sin sentido en esta vida, extraño los bosques, su color, el sabor del viento y tierra en la boca, su sonido entre los árboles, ha llovido desde que emprendí el último viaje, mis manos añoran los bastones, mis piernas me exigen caminar y sin embargo me detengo, ¿a qué le tengo miedo?

No lo sé.

Mientras camino toda la música cesa y las voces la substituyen, así me escucho entre los árboles, mis pensamientos toman volumen y a veces salen, otras resuenan fuerte en mi cabeza.

No he llorado, las lágrimas se rehúsan a salir, el dolor en el pecho permanece, a veces siento el embate pero algo pasó, no rompen y me duele más, recuerdo algunas veces que he llorado hasta quedar exhausto, es algo realmente liberador, al principio aterra pero en mi caso, conforme las lágrimas salen el terror cede paso a una comprensión instintiva y es que las cosas no llegan a salir del todo y sin embargo se comprende la razón del dolor, otras este es tan viejo o tan profundo o tan terrible que las lágrimas limpian el alma, así lo pienso yo.

Y entre todas estas palabras el amor se encuentra y doy gracias por las mujeres y por los hombres que hasta ahora me han acompañado.

Gracias Padre porque mi familia está bien, por mi hija que es maravillosa, gracias porque soy un Padre paciente y amoroso con ella, gracias por mi hijo, gracias porque soy un Padre justo, gracias Padre por mi esposa, gracias porque soy un esposo amoroso y detallista, porque no sólo digo que la amo sino que mis acciones se lo dicen por mi.

Gracias Padre por tanto amor.

Que así sea.

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