De la inmensa necesidad de armarla de pedo.
Era un curso terminal de lo veníamos trabajando desde hacía tres meses, pa pronto, era el práctico.
En un lugar hermoso y cálido nos reunimos un montón de gente, a varios de ellos yo los conocía pero jamás pensé llegar a conocerlos tanto, ese viaje ha sido uno de los que más me ha cambiado la vida, aunque recién me estoy dando cuenta de ello.
En ese viaje recibí mi primer Reiki y recuerdo claramente verme caminando en una larga y delgada escalera hacia no sé dónde, fue realmente maravilloso.
Así que en una de esas reuniones, una mujer relató la difícil situación que tuvo con su padre y la infancia problemática, y se quejaba de que nadie le había ayudado ni enseñado a defenderse de esas cosas, después siguió El Sol quién comentó alegremente, al principio, que sus Padres le dieron siempre todo lo que quiso y que su vida era maravillosa, tenía una novia hermosa, un muy buen trabajo, etc, etc, yo lo escuchaba atento y lo observaba y me parecía que lo que decía era cierto, el caso es que él se quejaba de que todo lo había recibido y nadie le había enseñado a esforzarse por las cosas.
La instructora nos dijo, ¿Se fijan la tremenda necesidad que tenemos para armarla de pedo?
Todos nos quedamos fríos, yo más.
Y continuó: Unos nos quejamos de que en la vida nos fue de la patada y otros porque en la vida nos han dado todo, el caso es que nunca estamos de acuerdo con lo que vivimos y rió con esa maravillosa risa que tiene, ¡eso es armarla de pedo! . . .
Me quedé pensando, pero no mucho, estaba bastante distraído con una hermosa mujer que se recargaba en mi.
Ahora, años, muchos años después, esa frase me llega una y otra vez, . . .armarla de pedo. . . y porqué??
Yo creo que en mi caso son ganas de tener algún problema, me han enseñado, la sociedad en su conjunto, que un hombre con problemas es un hombre completo, si no tengo problemas no hay crecimiento, no hay avance, algo no está bien, así que de vez en vez yo me la armo de pedo nomás porque hay que llenar la agenda.
¡Madres! ¡Que tremenda estupidez!
Dejaré de armarla de pedo, viviré mi vida tranquila y agitada cuando sea así, ¡¡pero no me cargaré muertitos nomás para que la gente diga “que ocupado está ese wey”!!
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