martes, noviembre 24, 2009

Los Fresnos

No bien se desnudaron completamente, una vez más, pudorosos, cubren sus ramas con verdes brotes mientras el cielo en lo alto arde entre blancos y rojos.

Pequeñas islas se desvanecen bajo el azul profundo y emprenden lentamente el viaje a nadie sabe dónde.

Las frías corrientes avanzan perezosas hacia el gran valle y el Sol se regocija de calentar inclemente las vacías calles de la gran ciudad.

Mientras, yo camino pisando hojas, absorbiendo su crujir y exhalando pequeños trozos de hojas por mi nariz, de vez en vez algún pedazo se me atora y estornudo con fuerza sólo para saber si existe alguien más . . . el silencio me envuelve y observo los pájaros emprender el vuelo, sé que más adelante encontraré un perro y que me seguirá unos cientos de metros . . .

El fuego en el cielo se extingue y pronto todo será negro, suspiro . . .

No hay comentarios.: