martes, abril 05, 2011

Las Jacarandas

Recuerdo el silencio y después el latir de mi corazón, mi respiración constante y el sol brillar en lo alto, yo observando la avenida entera y la explosión de morados contrastando contra los vivos verdes de los fresnos.
De lejos lo que domina son esas pequeñas flores moradas que conforman un hermoso y cerrado dosel, bajo el ritmo de mi pedalear y disfruto su suave y casi imperceptible aroma, entonces observo que hay manchones de verde entre sus ramas, que el dosel no es cerrado sino ligeramente abierto en ciertas partes, el sol se filtra con fuerza.
Sopla el viento y las flores se desprenden, vistas de lejos es una lluvia lenta, que cae perezosamente y forman una enorme alfombra morada, disfruto pisarla y escuchar sus plops, disfruto pasar bajo su dosel y sentir la finísimas gotas de néctar en mi piel.
Junto con las flores llegan las abejas y las hormigas y los pájaros y mariposas, no sólo es una explosión de color, lo es también de vida.
Amo las jacarandas todo el año, cuando se llenan de pequeñas hojas, cuando sus flores explotan en toda la ciudad y adornan con manchones morados grandes extensiones, cuando el viento arranca sus flores y veo lluvia morada, cuando el frío otoño arranca sus hojas y la lluvia se convierte en dorada, incluso amo sus poderosas raíces que se rebelan contra el hombre y su duro concreto.

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