martes, octubre 20, 2009

Doña Tere

Nos conocimos hace años, platicamos mucho, Nuestros gustos eran afines, la tierra, sus frutos, los árboles, la comida y por supuesto el tequila.

Nuestras pláticas fueron variadas lo mismo de política que de la vida entera, años nos separaban pero las palabras y el amor tendieron puentes que jamás podrán ser derribados y estos puentes cubren distancias y tiempo.

Muchas palabras quedaron entre Nosotros y quedarán por siempre, en mi corazón ella está sonriendo, fuerte como ningún otro en su familia, ella era el motor que daba impulso a muchas vidas y que llegó a la mía y le ha dado una textura hermosa, tal como lo es ella.

Los años pasaron y nos encontramos en situaciones difíciles, hablando, escribiendo, Nuestros puentes se extendieron, mis Padres me enseñaron a brindarme no importando nada y así lo hice y un día ella me llamó hijo y en ese momento supe que nos pertenecíamos para siempre.

Ella partió el domingo en su casa, rodeada de la gente que la amábamos, unos más cerca que otros pero todos estuvimos ahí junto a ella.

El mundo ha perdido un gran árbol más y ella en el cielo brilla orgullosa, iluminando desde ya el camino a andar, extrañaré tremendamente tus palabras amada amiga, tu presencia menuda y poderosa llenando esa enorme casa . . . me quedo con los años que vivimos juntos, con tu sonrisa franca con tus enormes detalles para conmigo, por tus guisos especiales, por permitirme vivir en tu enorme corazón y llamarme hijo.

Nunca fuiste mi suegra y siempre serás mi amiga.

Amada amiga parte en paz, que tu viaje sea placentero y disculpa las lágrimas pero tu ausencia es enorme y dolorosa, te lloraré un rato y después vendrá el tequila y los recuerdos, camina tranquila en tus maravillosos campos.

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