viernes, octubre 09, 2009

A veces las palabras de otros nos impulsan a tomar caminos y terminan siendo las propias las que perduran en el tiempo. . .

O bien son las notas las que nos llevan a aquellos lugares que nos contaron son mágicos . . . y lo son. . .

Los paisajes se suceden y yo los observo desde lo alto, a veces rápido otras lentos como el crecimiento de la tierra misma. . .

Lunas han ido y venido y yo estoy hoy aquí, sentado en lo alto del acantilado, el bosque profundo murmura a mis espaldas y el horizonte negro se pierde en la noche mientras la luna empieza su andar por la bóveda e ilumina suavemente las puntas de aquellos pinos. . .

Y así andamos, unas con el Sol de frente, otras con el Sol acariciando suavemente la espalda, rompiendo cortinas de lluvia con el firme andar, dejando huellas que serán borradas por el viento una vez estén secas mientras otras perdurarán por lo que resta del tiempo y en algún momento en algún otro mundo alguien las leerá . . . o quizá no y no importa, al final huella o suspiro . . . permanecemos.

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