martes, diciembre 08, 2009

Las palabras se evaporan en el aire no bien las pronuncio
y un fino polvo blanco cubre tu deliciosa piel,
las caricias de mis dedos permanecen un segundo más después de que estos abandonan tu piel,
ceden como el calor al frío en un día de invierno,
mi aroma,
que durante un tiempo fue tuyo también se desvanece de a poco,
al final,
no hay rastro de mi excepto quizá por cierto calor en el centro de tu pecho
y una sonrisa en un cálido día.

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