martes, diciembre 08, 2009

Sirena.

Sé que navego . . . hay viento . . las grandes olas abrazan vehementemente la nave, como puedo me acuesto y te recuerdo . . . enormes truenos estremecen el océano entero y tu voz llega a mi por encima del violento estruendo . . .

Me arrancas de donde estoy, tu voz me hipnotiza, me estira y duele, más no dejo de caminar hacia donde me invitas, mis oídos están por reventar y la obscuridad se vuelve densa a mi alrededor. . .

“Todo esta bien” me susurras mientras tus violetas cabellos cubren mi cuerpo, tu voz resuena en mí y tus palabras se funden en mi cuerpo entero, sé que estoy muriendo y me importa un bledo . . .

Tus manos en mi pecho y tus largas uñas haciendo surcos, escucho a lo lejos ciertos gritos y un agudo dolor se apodera de mi cuerpo entero . . .

Yazco en un fondo cálido, en un lecho de fina arena blanca y los azules turquesa marmolean mi morena piel, mi corazón late con fuerza en el centro de mi pecho y siento que despierto por primera vez en mi vida . . . abro la boca grande y me incorporo lentamente . . . escucho tu llamado a lo lejos, por entre los profundos azules . . . . . .

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