Después de la bruma logro distinguir fuegos misteriosos, con pereza obligo a mi organismo a estar mas presente, después de unos segundos que me parecen milenios logro sentir totalmente mi cuerpo, entonces observo. . . .
Sobre un lienzo blanco el fuego, el agua y el viento se ver reflejados, son cientos sino miles de figuras las que se abalanzan unas contra otras, formando círculos y figuras legendarias, ahora un dragón, después una bruja, unas mandíbulas abiertas, un ángel, alguien sonriendo, después nada, solo burbujas etéreas que barren toda mi vista, es un calidoscopio en blanco y negro, me sé acostado en un lecho, me sé vivo, más quizá por costumbre que por convicción.
En ese sublime momento, después de la bruma, después del sueño, podría estar en cualquier parte del mundo, podría ser cualquier habitante del mundo, mis ojos cansados se pierden en el lienzo.
Es fuego, es viento, es agua puliendo un blanco lienzo.
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