lunes, agosto 30, 2004

Las nubes en lo alto bramaban, los relámpagos surcaban el cielo y el viento azotaba sus ropas contra el cuerpo, en lo mas alto de la torre él solo observaba, la tormenta avanzaba lenta a sus espaldas y ahora cubría casi todo su horizonte.

Él sonreía, sus ojos fijos en esa bola de fuego que ardía en frente suyo, del naranja mas vívido que jamás haya visto, el cielo ondulaba por el calor, pareciera en retirada frente a la gris tormenta.

Detrás suyo la tormenta ya había empezado y los árboles cedían al peso del agua, en reverencia hacia el Sol, lo despedían.

Se sentía ligero como el viento, sonriendo se dejo caer al vacío. . . . . . .voló.

Y el viento lo recibió con su mas dulce abrazo, peinando sus largos cabellos negros, como quién recibe al bien amado después de un largo viaje. . . .

Y mientras caía al vacío y el viento lo seducía, gruesas lágrimas barrían su cara, su pecho explotaba, amaba el mundo, se fundía con él y las cosas mundanas eran solo eso, mundanas . . . .

Creyó escuchar voces encantadoras que lo guiaban por entre el bosque y hacia lo alto, donde el cielo sigue siendo azul no importa el tiempo. . .

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