lunes, agosto 23, 2004

La trascendencia de las enseñanzas

Ó De la aplicación de la enseñanza en un lugar y con personas distintas a aquellas que nos enseñaron.

Mi Abuelo Alfonso Galicia Ciprés fue un hombre-héroe, de esos que nacieron hace siglos, sus ojos vieron esta ciudad siendo apenas una ciudadcilla mas o menos grande, oriundo de Guerrero este hombre era un oso, Médico de profesión, Abogado de vocación, jugador empedernido de frontenis ganó el primer campeonato que se realizó en la Ciudad de México.

Mi Abuelo, del que podría escribir cientos de hojas, me dejó muchas enseñanzas, su muerte fue, quizá, la enseñanza mas grande; pero la aplicación de estas enseñanzas la he tenido que hacer en otros ambientes, con otras personas y me entra una mezcla de orgullo y de tristeza, orgullo porque aprendí la lección, porque mi Abuelo fue práctico, sus pláticas encaminadas a un punto específico, me introducía de a poco en el tema y mi conclusión era aquello que él quería transmitir, y tristeza porque me hubiera gustado aplicarlas con él.

Yo no le dije a mi Abuelo “te amo” tanto como hubiese querido, no estuve con él cuando murió y no estuve con él por miedo y eso es algo que me pesa enormemente y esa es la mas grande enseñanza.

Tuve la oportunidad de aplicar esto mas o menos cuando murió uno de mis tíos, espero poder aplicarla totalmente la próxima vez.

No solo mi Abuelo me enseñó cosas, la lista es interminable y siempre se olvida a alguien, toda mi familia lo ha hecho, ahora que estoy casado me doy cuenta de que esas enseñanzas las aplico con la familia de Tere y me gusta y me duele, me duele porque quizá debiera aplicarlas con mi propia familia.

Osho dice que es como un río, la corriente siempre va para abajo, así, es lógico que lo que me enseñaron lo tenga que aplicar en otro lado, con otras personas, la retribución mas grande que mis Maestros puedan obtener es saber que sus conocimientos fueron adquiridos y mejor aún: aplicados.

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